miércoles, 18 de mayo de 2016

Junta Democrática e Instituto Santa Irene

En el verano de 1974 se presentaba en París, de la mano del P.C.E., la Junta Democrática. Ese verano algunos no cogimos vacaciones.

Nos dedicamos a planificar el calendario del curso venidero, a analizar el porvenir político del 74-75, a diseñar estrategias para un movimiento estudiantil en enseñanzas  medias, dotado de dirección política.

Pretender que aquel movimiento era fruto del espontaneismo o del asamblearismo resulta ingenuo e inexacto.

La primera aclaración a realizar es que jamás estuvimos guiados por un control remoto: la direccion siempre residenció en el seno del propio movimiento. La segunda precisión que conviene resaltar es la independencia con respecto a cualquiera facción del profesorado.

Dicho esto, podemos adelantar que los planes de la Junta Democrática naufragaron en el vigoroso oleaje del Santa Irene.

No obstante, conviene discernir los lineamientos básicos que antagonizaban las facciones políticas del profesorado. También las interacciones con la autoridad gubernativa y del Ministerio por parte de la dirección del centro. Y finalmente ubicar la tapadera juntera, a modo de una alegal Asociación de Padres y Madres de Alumnos.

Con estos citados elementos ya tenemos los dramatis personae de la representación.Todos ellos confluyen en un acto de la obra, alguno in absentia.

Ese acto es una Asamblea celebrada en el Aula Magna del Instituto, algo tumultuaria, como acostumbraban, celebrada bajo los auspicios de un tinglado juntero con máscara de paralegal AMPA.

En esa asamblea pretendíase sofocar, canalizar la fuerza desbordada a un cauce pactado transicional de conformidad al guión  de la Reforma Política que se avecinaba.

Nuestro movimiento era brioso y juvenil y por supuesto no se resignaba al papel de comparsa y menos consorte de ningún conciliábulo parisino.

En el desarrollo estricto de la Asamblea a mi se me reservo, para  desactivarme, el papel de moderador de la misma, compareciendo por los promotores de la AMPA, entre otros, Bar Boo, Castor Alonso Bar, Giraldez; por parte de la Dirección del Instituto, Rufo Pérez, en posición de forzoso eclecticismo y finalmente los profesores Méndez Ferrín y Marilís Villamarín.

Como veremos, en el desarrollo de la Asamblea, irrumpieron los antagonismos políticos de aquél momento, la posición maniobrera del PCE, vía Curiel, director aunque no compareciente, y adláteres mencionados.

Frente a esta posición, coaligadas de facto, la nacionalista representada por Ferrín y la del propio alumnado rupturista frente al asimilacionismo sin contrapartidas que nos ofrecían en un ceremonial de reunión controlada.

En este punto abandono mi papel de moderador y pasó a beligerante total, retrotayendo la Asamblea a su condición soberana y ofreciendo, tras votación, una tabla reivindicativa innegociable a las autoridades, que estas declinan.

Este desenlace marcará la pauta, anecdotario al margen, del cierre-sanción del Instituto ya comentado.

Aquella asamblea devendría La Asamblea, sería la madre de todas las batallas por venir en el curso de 1974-75. Y por encima de todo, habría sido un acto más político que académico.

Ello por una doble razón: primera, la consciencia plena de lo que allí se estaba jugando por parte de algunos de nosotros; segunda, el hecho de que algunos de los contenidos reivindicativos transcendieran el marco de las posibilidades de respuesta de la Dirección del centro, pues apuntaban a otra cosa, la permanencia de la movilización y su extensión, en lo formal y una Ruptura Política en lo sustantivo.

Fueron jornadas de una elevada politización  e ideologización del alumnado y profesorado. En este tiempo el Ministro de Educación y Ciencia era Cruz Martínez Esteruelas.

Al comienzo del curso siguiente, 1975-76, fallecería Franco, un nuevo tiempo.

viernes, 13 de mayo de 2016

Cierre gubernativo del Instituto Santa Irene. Febrero75.

Faro de Vigo del miércoles 26 de Febrero de 1.975, en su página 11, daba la noticia. Por decisión de la Dirección General de Ordenación Educativa nuestro Instituto había sido cerrado por tiempo indefinido.

La nota de la autoridad gubernativa hacía mención a graves y persistentes hechos de alteración del orden académico y de la paz ciudadana. Por otra parte FdV recogía de la Dirección del Instituto el supuesto desencadenante puntual de aquella decisión: la respuesta del alumnado a la denegación de acceso de una compañera al centro con la excusa de su condición de oyente no matriculada.

Asimismo, en nota de la Dirección se reseñaba, al parecer, un grave incidente en el transcurso de un desalojo con un profesor. En días anteriores al cierre se habían producido detenciones con la consiguiente extensión y radicalización de las movilizaciones. Por tanto, el cierre era la respuesta consumada a nuestro atrevimiento.

Aquella medida arriesgada y contundente obtuvo el efecto contrario al pretendido. Si pretendía enfriar, calentó. Si pretendía nuestra retirada a casa y el aislamiento de los más destacados, obtuvo como consecuencia mayor unión, organización y presencia en todos los ámbitos, incluso se mantuvo un calendario lectivo con el Instituto cerrado. Compañeros dando clase a compañeros.

Tampoco estuvimos totalmente aislados informativamente en el plano local. Por aquellas lejanas fechas, salvo error, estaba en antena en la emisora Radio Popular de Vigo el programa informativo Jaque a la Actualidad. Hasta allí nos acercabamos y los periodistas Queca Merino y Víctor Freixanes nos atendían de forma cordial.

Incluso nuestro Instituto obtuvo proyección informativa internacional. Según nos decían, las emisiones de Radio Francia Internacional y Radio Londres en español hablaban de un Instituto cerrado por la dictadura y de la resistencia combativa de sus estudiantes adolescentes.

Dado el fracaso de la que había sido concebida como medida profiláctica fue levantado el cierre del Instituto. Alrededor de tres semanas de exilio forzoso de las aulas y de aprendizaje y lucha intensivos y extensivos.

Algunos volvimos apercibidos de que no obtendríamos matrícula en centro público  alguno el próximo curso y el decaimiento de nuestro derecho a presentarnos a exámenes en el presente.

La vuelta a las aulas no se hizo con espíritu  de derrota sino con moral alta. Muchos sabíamos que jornadas como aquellas no se habían de repetir en nuestras vidas y que comprometían el camino para el curso venidero,el de 1975-1976, en el que bastantes de nosotros ya no estaría.

  Tras el nuestro, según parece, otro centro de Enseñanza Media en Eibar sufrió  igual medida, aunque esto no lo he podido comprobar.

La alumna oyente excluida era de nacionalidad norteamericana, su padre era un ingeniero que se encontraba trabajando en la construcción de unas plataformas petrolíferas encargadas a los astilleros Barreras. Creo recordar que su nombre era Margaret, destacó en la lucha generosa a nuestro lado, perdiendo la ocasión de matricularse en el curso siguiente.

Nunca volvimos a saber de ella pero bien pudiera simbolizar e internacionalizar el cierre de Febrero del 75 del Santa Irene en su traslado a Coia.

El Tiempo siempre retorna en una dialéctica inmóvil hasta congelarse en el rictus de la Muerte. En tanto, esperamos.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Instituto Santa Irene 73-75.

Eran los primeros años setenta en la ciudad de Vigo. El Instituto Santa Irene había sido trasladado provisionalmente en el 72-73 a la barriada de Coia, a un nuevo establecimiento educativo, que años más tarde pasaría a denominarse Alexandre Bóveda.

Situamos la mirada, con perspectiva, aunque desde dentro, por uno de los alumnos implicados en los hechos de aquellos convulsos días, sobre algunos de los sucesos más reseñables de los cursos 1973-74 y 1974-75.

En aquel tiempo nuestro instituto fue un microcosmos de tendencias políticas en la izquierda, donde cristalizaron aquellas reivindicaciones que traían causa principalmente de las tentativas de implementación de las medidas de Selectividad, previstas en la Ley General de Educación, aprobada en 1970 por el ministro Villar Palasí.

Ya en el precedente curso 1972-73, año de inauguración del nuevo centro, se produjeron algunas movilizaciones, con la particularidad de no exteriorizarse en las calles.

En los dos cursos siguientes que traemos a colacion se dará el salto cualitativo de la ocupación de la vía pública.

Gran parte de nuestras movilizaciones transcurrían fuera del Instituto, reclamando la solidaridad de los otros centros de medias y aún de la ciudadanía.

Alguno de los ejes de reivindicación se nutrían de aquellas carencias de dotaciones más hirientes o de la ausencia de derechos mínimos reconocidos.

Entre las primeras, por ejemplo, la reclamación de un bono estudiantil de transporte, la falta de marquesinas en las paradas, frecuencia en las líneas, saturación de los vehículos.

En lo tocante a la reclamación de derechos, el de reunión o Asamblea era el más demandado al tiempo que se ponía en práctica.

También se abrió un nuevo frente con la adhesión solidaria estudiantil a la reclamación de los recién incorporados PNNs (profesores no numerarios) de un cuerpo único de enseñantes.

Por supuesto, las consecuencias de estas acciones, detenciones y sanciones, abría un último frente, el antirrepresivo.

La escalada acción/represión conduciría a un paroxismo represivo, con una medida inédita en toda la historia de la dictadura hasta el momento: el cierre de un centro de enseñanza media, el de nuestro Instituto Santa Irene en Coia.

Lo que rodea a este hecho merece una publicación aparte en este blog.

martes, 3 de mayo de 2016

Votos, no Vetos

En la legislatura fantasma, que ahora finaliza, algo se pudo constatar, la imposibilidad de sumar votos por los vetos cruzados entre sumandos y un veto universal de los electos sobre el PP.

En verdad, una vez descartada la Gran Coalición que el PP proponía a PSOE y Ciudadanos, calculadora en mano, todo devenía puro artificio o entretenimiento.

A mayores, la pulsión edípica de Podemos, que ellos llaman sorpasso, junto a un sobreactuado delirio de celos de pretendiente abandonado, en favor de Ciudadanos, lo puso todo imposible.

De cualquier modo, la política puede ser ese mundo en el que 2+2 sumen 3 o 5 o vaya usted a saber. Porque ahí no sólo rige la aritmética sino también la dirección y el sentido de las fuerzas que intervienen, que operando en sentido contrario, por ejemplo, se anulan.

Una política también muy contaminada por esas formas de reality y muy urgida por la imperiosidad de los media, a más de algunos egos hipertrofiados.

En resumen, con estos ingredientes y con la misma receta,¿ qué cabe esperar de los resultados de las próximas elecciones?.

Habrá que desear que cuenten más los votos que los vetos y se respete la posición del más votado, cualquiera que sea, para llevar la iniciativa de construir Gobierno.